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La primera perforación de tu bebé... Toma en cuenta estos consejos:

La primera perforación de orejas en bebés es una decisión importante que los padres deben considerar cuidadosamente. Ya sea en los primeros días de nacimiento o esperar a que cumplan cierta edad, debes de saber estos consejos que te aseguraran de que este proceso sea lo más seguro y cómodo posible:
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Edad adecuada: Es recomendable esperar hasta que el bebé tenga al menos 6 meses de edad antes de realizar la perforación de orejas. Asegúrate de que el bebé tenga un sistema inmunológico lo suficientemente fuerte y que pueda mantener una buena higiene durante el proceso de curación.
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Busca un profesional: Es fundamental acudir a un profesional con experiencia en perforaciones de orejas en bebés. Busca un lugar que cumpla con las normas de higiene y esterilización, y que utilice técnicas seguras y adecuadas.
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Investigación previa: Antes de elegir el lugar donde realizar la perforación, investiga y lee reseñas sobre las opciones disponibles. Pregunta a amigos, familiares o pediatras si tienen recomendaciones.
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Cuidado posterior: Sigue cuidadosamente las instrucciones del profesional sobre el cuidado posterior de las orejas perforadas. Esto puede incluir limpiar las orejas con solución salina o un producto recomendado, girar los pendientes suavemente para evitar que se peguen y mantener las manos limpias antes de tocar las orejas.
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Calidad de los pendientes: Asegúrate de elegir pendientes de alta calidad, preferiblemente de acero inoxidable o de oro de 14 quilates. Evita los materiales alérgenos como el níquel, ya que pueden causar irritación o reacciones alérgicas en la piel sensible del bebé.
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Evitar productos químicos: Durante el proceso de curación, evita el uso de productos químicos como perfumes, lociones o productos para el cuidado del cabello cerca de las orejas del bebé. Estos pueden irritar la piel y dificultar la cicatrización.
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Observa cualquier signo de infección: Mantén un ojo atento a cualquier signo de infección, como enrojecimiento, hinchazón, secreción o fiebre. Si observas alguno de estos síntomas, consulta de inmediato con el pediatra o el profesional que realizó la perforación.
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Evita el contacto con agua sucia: Durante el proceso de curación, evita que las orejas del bebé entren en contacto con agua sucia, como la de piscinas, bañeras o lagos. Esto reduce el riesgo de infección.